La relación entre el diseño y la cultura es inseparable, dado que si una cambia, la otra también lo hace. Las dos dependen de la sociedad si la sociedad cambia la cultura cambia, y por ende, cambia el diseño en su necesidad de adaptarse a la cultura para que la sociedad lo entienda.
El diseño gráfico también puede entenderse como un constructor cultural de acuerdos que transforman formalmente la información.
El diseño es comunicación social, es decir, el diseño acerca a los miembros de una sociedad en su convivencia diaria, más allá del diseño publicitario y del institucional.
O como lo define Carlos Sebastián Ibarrola: "El diseñador es parte de una serie de elementos que influyen en la sociedad, y es –a decir verdad- uno de los elementos mas importantes de formación de criterios y uno de los mas eficaces."